Todo el mundo se queja de las mamás. De la propia, de la suegra, de las amigas mamás, de las mamás de otros, pero al mismo tiempo las quieren y veneran el día de la madre. Así las personas celebran la vida de esa mujer que tanto critican pero sin la cual no pueden vivir.
Mamás hay de todo tipo. La regañona, la permisiva, la organizada, o la que no sabe ni donde dejó las llaves de su casa, la controladora, la sobre protectora, la tranquila, la hipocondriaca, la dramática, la inmaculada y hasta la rumbera. Lo cierto es que las mamás somos miembros de una sociedad secreta, por eso solo nos entendemos entre nosotras. Pero no voy a desaprovechar la ocasión. Así me critiquen. Estas son las diez cosas que las mamás les queremos decir a nuestros hijos, esposos, parejas, y en general a esa sociedad que tanto espera de nosotras y por una u otra razón no nos atrevemos. Pero como se acerca el día de la madre no me importa.
1. No somos súper héroes. A veces la vida misma es una kriptonita. En nuestros días de “capa caída” déjanos ser.
2. No nos compares. Todas somos diferentes.
3. Sí, a veces nos cansamos de ser mamás. Es normal no estar feliz las 24 horas del día los 7 días a la semana. Nadie lo es. A veces nuestro nivel de tolerancia se descontrola fácilmente, como a veces tenemos días en que lo aguantamos todo sin problema. Recuerda que ante todo somos mujeres. No nos catalogues bajo un solo cartel.
4. Sí, siempre creeremos tener la razón. Y por lo general acertamos. Para nosotras es instinto. Para ustedes son ganas de contradecir. Así que no solo escúchanos. Trata de hacer lo que te digo. En específico, a nuestros hijos: Cuando seas un adulto responsable, ganes tu dinero, vivas fuera de casa, tengas tus propias reglas, cuides de ti mismo y tengas argumentos medianamente válidos, estaremos dispuestas al diálogo y puedes elegir hacernos caso o no. A nuestros esposos, parejas, ex maridos, hombres en general: Porque nosotras tenemos algo que tu no posees: sentido común.
5. No siempre tendremos las respuestas a todo. Entre madre y oráculo hay una gran diferencia así que no te enfades con nosotras cuando la respuesta es “no lo se”.
6. A nuestros yernos y nueras existentes y futuros: Nadie será perfecta para nuestros hijos varones. Y para nuestras hijas buscaremos lo más parecido al príncipe azul de los cuentos así no creamos en él. Y en esto siempre seremos pecadoras así que no nos juzgues, aunque es algo que solo llegarás a entender cuando seas padre o madre. En la mayoría de los casos con algo de amor y comprensión esta etapa pasará y podemos ser las mejores suegras del mundo. Pero si en realidad haces algo que nos indique que tu presencia representa un mínimo peligro para nuestros hijos seremos las más villanas del cuento o peor aún, seremos el dragón. Keep that in mind…
7. Lloramos porque también somos vulnerables. No somos de hierro. Nos hieren las palabras y los actos como a todo el mundo y tenemos todo el derecho a expresarnos.
8. Todas las madres trabajan. Unas en casa otras fuera de ella. Unas ganan dinero. Otras no. Pero todas, absolutamente todas tenemos ocupaciones las 24 horas del día los 7 días a la semana, porque ni durmiendo descansamos. Siempre estamos “On Call”. Entiéndeme y trata de valorar lo que hago a diario.
9. A los que aún no tienen hijos o no quieren tenerlos: Mis prioridades siempre serán diferentes a las tuyas. Será difícil convencerme de lo contrario. Mi coeficiente intelectual no disminuye por ser madre (contrario a lo que puedo decir de mi memoria), así como tu inteligencia emocional tampoco es menor si no tienes hijos. Si hacemos un mutuo acuerdo de no juzgarnos nos entenderemos divinamente.
10. Tenemos amor de sobra. No dudes en pedirnos cuanto quieras, porque eso es lo único que tenemos de manera inagotable.
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