Tal vez yo no lo recuerde. Pero se que alguna noche mirando a las estrellas, después de un largo día y completamente exhausta pensaste: ¿será que algún día me lo agradecerán? ¿Será que algún día mis hijos me entenderán?
Y pasaron los días y los años y a pesar de que cuando ha existido la ocasión te lo hemos dicho, te decimos que te amamos, te llevamos flores y algún regalo, nada de eso basta ni te ha dado esa respuesta que buscabas.
Sí mamá. Te agradezco y te entiendo. Tuve que convertirme en madre para hacerlo. Lamento decirte sin embargo, que no existe una manera de explicarlo o de demostrártelo. No hay nada en el mundo, nada que yo pueda decir o hacer para decirte cuánto te agradezco y te entiendo. Tener hijos es una decisión valiente. Entregar la vida por completo, la dedicación, el cariño y hasta los sueños a otro ser humano es sin embargo fácil para una madre. Solo basta un segundo. Ese momento de amor infinito que nace instantáneamente con el primer llanto, la primera mirada, el primer contacto con esa personita que será por siempre un pedazo de ti. Allí cuando los sentimientos de los hijos se vuelven los propios para la eternidad. Por eso su felicidad es nuestra alegría, sus tristezas nuestras lágrimas.
De repente el reloj comienza a girar mas rápido y la vida se pasa en un suspiro. Pero siéntete tranquila mamá. Hiciste y sigues haciendo un buen trabajo. Eres maravillosa. Con tus equivocaciones, tus aciertos, tus cantaletas, tus consejos, tus llamadas constantes, tus críticas y opiniones. Me lo diste todo y la única manera de retribuirlo es tratando de ser aunque sea en algo mínimo alguien como tu: una mamá ejemplar.
Así que no solo te agradezco y te entiendo. Pero te amo infinitamente!!!
Felíz día mamá!!!!