Hace 6 años exactamente, fue mi último día antes de convertirme en mamá, y esta fue la última fotografía que me tomé, a solo unas horas de que mi vida cambiara por completo. Cuando miro la fotografía pienso en algo: cada año, nos esforzamos por celebrarle los cumpleaños a nuestros hijos, porque así las fiestas infantiles sean una tortura la mayoría de las veces, a nosotras las mamás nos hace feliz celebrar la vida de nuestros chiquitines. Pero, ¿y qué hay de nosotras? ¿por qué no celebrarnos nosotras en la víspera, como una especie de nochebuena? El problema es que nos olvidamos de ella, la mujer que no era mamá aun. Pero es importante acordarse de quién éramos y celebrar lo mucho que hemos cambiado como mujeres desde ese momento. Por eso esta fotografía se ha convertido en algo importante para mí. Y le hablo cada año.
El día en que nace nuestro primer bebé, nosotras también volvemos a nacer. Así usted lo intente negar, o no quiera darse cuenta de ello, usted y la mujer el día antes son dos mujeres distintas y un solo ser verdadero, parecido a la divinidad. Pero la maternidad no nos define. Es solo un nuevo rol, una nueva etapa de la vida, y es gracias a esa mujer que usted fue antes y a todas sus decisiones que usted es hoy la mamá que es, o la que será.
Esto es lo que le digo a ella, la mujer de la fotografía después de 6 años de maternidad y lo quiero compartir porque espero las inspire de alguna manera:
Querida mujer en la fotografía:
Se que en este momento estas completamente aterrada. Feliz, pero aterrada. Llena de ilusiones y de sueños, pero cansada y ansiosa por conocer a esa bebita que aún está dentro de ti. Te imaginas su carita, y te llenas de esperanza. Pero luego piensas en cómo sucederá, si dolerá, si lo resistirás, si todo lo que has planeado en 9 meses tiene sentido. Es más, si todo lo que has vivido antes de este momento tiene sentido.
Llevas meses, incluso años, pensando y haciéndote promesas. Te dices por ejemplo, que jamás usarás pantalones de yoga, o que siempre mantendrás organizada tu casa. Te repites que no tendrás juguetes en la sala, y que nadie va a verte una sola vez sin maquillaje en la calle. Aseguras que tus hijos jamás harán un berrinche porque “tu si sabrás cómo criarlos” y que nunca se enfermarán y serán los más inteligentes porque les cocinarás todos los días. Te prometes además que tendrás tiempo para todo porque de ahora en adelante serás una mujer más organizada, y que no serás de esas mamás que se quejan porque vas a mantener todo bajo control desde el día cero, y claro, si la modelo de la revista recuperó su figura en dos meses tu también podrás hacerlo sin lugar a dudas…
No podré estropearte la sorpresa. Pero voy a decirte algo. Serás feliz. No importa si cumpliste alguna de estas promesas o ninguna. Nada de eso importará. Estás a pocas horas de escuchar un sonido que va a revocar tu vida de la manera más dulce y salvaje a la vez. Y a partir de ese momento serás otra. La maternidad te dará una fuerza que jamás sospechaste tener y con la que serás capaz de hacer cosas que jamás pensaste hacer. Aprenderás que cada una de tus decisiones es siempre la mejor, así sea buena o mala, siempre será la mejor. Aprenderás a escuchar a tu corazón de una manera más profunda y a ver la vida con otros ojos. Despertarás sentidos e instintos dormidos. Descubrirás que dentro de ti hay capacidades que desconocías. Valorarás las cosas de otro modo, como los amaneceres, el sabor del café por las mañanas, o de un vino en buena compañía. Descubrirás otras facetas en tus relaciones, amistades que se fortalecerán, otras que se diluirán y muchas nuevas.
Amarás de otra manera. Tu corazón estallará de emociones día a día. El amor de dos se multiplicará y se enfrentará a millones de retos. Pero juntos podrán superar y aprender de cada uno, cada vez de mejor manera. Ya no serán dos contra el mundo, pero dos luchando para hacer el mundo un lugar mejor de lo que es para dejarlo como herencia.
Te prometo no olvidarme de ti, sobre todo de tus sueños y seguiré luchando por ellos así me cueste algo más de tiempo de lo que habías planeado, o así tenga que hacer pequeñas modificaciones en el camino. Hoy celebro los casi 32 años que pasaste siendo una mujer sin el rol de mamá, y los 6 que se cumplen mañana de serlo. Brindo por ti y por mi, hoy es nuestra nochebuena. Gracias a ti soy quien soy, a tu fuerza, a tu determinación, a tus decisiones, a tus miedos, a tus promesas, a tus aciertos y tus errores. Por ti he llegado lejos y seguiré creciendo como mujer. Por ti y por mi prometo navegar siempre con la frente en alto por la vida con lo que trae. Nadie dijo que la vida sería fácil, pero tampoco nadie podrá decirnos como vivirla, valorarla y venerarla. Eso es algo entre tu y yo.
Salud!
Comparte conmigo una fotografía de antes de ser mamá y ¿qué le dirías a esa mujer ahora? Y a las futuras mamás primerizas, celebren y tómense muchas selfies! Este es un momento muy especial en sus vidas y ya tendrán tiempo para hablarle a sus fotografías.