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Por favor, no nos olvidemos de Ucrania.

Un llamado a mis amigos y familia y a cualquiera que quiera ayudar.

Hace solo unos meses paseaba por la calle Khreschatyk, la principal calle en la ciudad de Kiev hoy convertida en una zona de guerra. He caminado por allí muchas veces, apreciando la imponente arquitectura, disfrutando de los cafes y restaurantes, viendo la gente caminar tranquilamente, quedandome un rato en el Maidan para luego tomar una copa de Piana Vyshnia (¡el mejor licor de cereza que he probado en mi vida!), hasta llegar al puente peatonal de Klitschko desde donde se puede ver a Kiev en todo su esplendor.  Hoy, me devastan las imágenes que veo desde el sillón de mi casa impotente, con dolor y por qué no decirlo, rabia por todo lo que está sucediendo en Ucrania. 

Mi corazón ha sido parte Ucraniano desde que conocí a mi esposo hace ya casi 20 años atrás y a quién le di el definitivo SI en una hermosa boda en una pequeña iglesia ortodoxa ucraniana, donde además mis dos hijos han sido bautizados, y mi hija hizo el rito de Primera Confesión. Por años he visitado este país que además de ser espectacular, tiene la increible cualidad de contar con la gente más hospitalaria que hace sentir a un extranjero como en casa. He tenido la fortuna de ver esos impresionantes campos llenos de girasoles, visitar ciudades llenas de historia, y celebrar las tradiciones del país como si fueran mías. 

Anoche tuve que explicarle a mis hijos que hoy ese lugar donde han pasado sus vacaciones de verano desde que nacieron está siendo destruído gracias a los delirios de grandeza de un criminal de guerra cuyo nombre no quiero mencionar, (y no hace falta) y decirles que parte de la familia sigue allí, y que lo único que podemos hacer es rezar para que esta guerra termine. Frente a ellos, trato de contener las lágrimas al pensar en las miles de familias que han salido de sus casas en medio del pánico y los bombardeos, los niños que hoy no tienen donde vivir y que no entienden como de la noche a la mañana y sin ninguna justificación se encuentran huyendo de una guerra en donde ya mucha gente ha muerto, y la cual parece escalar cada día más.

Sin embargo, también les hablé del increíble ejemplo que están dando los ucranianos al mundo entero. Pude explicarles lo que significa ser resiliente, porque eso es lo que nos están enseñando desde su presidente Volodymyr Zelenskyy hasta la abuelita ucraniana que le entregó las semillas de girasol al soldado ruso. Les he dicho que hoy tienen que sentirse muy orgullosos de esas raíces, y que pase lo que pase aquellos que estamos afuera vamos a hacer todo lo que esté a nuestro alcance para ayudar a aquellos que se están hoy jugando la vida por el mundo entero.

Desde el pasado jueves, mi esposo, como miles de ucranianos en el mundo, ha tenido que ver estas imágenes de horror, sin despegarse de las noticias, durmiendo poco, y pensando como ayudar desde acá, aunque el quisiera irse a defender a su país. Hemos recibido incontables muestras de solidaridad de amigos de todas partes del mundo, y así nos hemos dado cuenta de que tal vez todo ese sentimiento a nivel global que rechaza esa guerra sin sentido, debe servir de algo.

De alguna manera u otra esta guerra nos afecta a todos. No es necesario ser ucraniano o estar casada con uno para sentir el dolor de la guerra en el corazón. Hoy son ellos pero mañana puede ser cualquiera de nosotros. Hoy son ellos los que le están poniendo la cara a un enemigo gigantesco, y quienes nos necesitan. Hoy son ellos quienes le están diciendo al mundo que no importa cuántas probabilidades existan de triunfar, que el solo luchar ya tiene mérito. 

Hay mucho que podemos hacer aparte de compartir información y el meme ocasional en redes sociales. Podemos de verdad ayudar y ese es el principal objetivo de este escrito. Quiero dejar un lista de enlaces para que ustedes ayuden de la manera en que más puedan. 

También los invito a que sigan rechazando esta guerra en sus redes sociales. No nos olvidemos de Ucrania. Si en algo podemos aliviar el dolor de aquellos que están sufriendo vale la pena. Oraciones y buena energía también se necesitan, así que vamos a unirnos y hacer de este mundo algo digno por qué seguir luchando. 

1. Cruz Roja Ucrania

2. Fondo Central para la Acción en Casos de Emergencia (CERF)

3. Ukrainian Congress Committee of America Georgia Branch

4. YouthReach International

5. Save the Children

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