Español, Momentos de Inspiración

Mi monstruo y yo

¿Qué hacer con el gran monstruo que vive en mi cabeza? No lo dejo morir porque sin él recordándome que la vida tiene sus tropiezos no me importaría luchar. El problema es que yo misma lo alimento y le doy fuerzas. Y espero siempre hasta la noche, porque el silencio y la quietud me empujan de alguna manera a encerrarme a solas con él. Y no logro conciliar el sueño pues mi monstruo me pide a gritos más para vivir.

Han pasado los días y mi monstruo se ha hecho grande. Se ha fortalecido y corre a sus anchas por mi subconsciente, ha hecho de él lo que ha querido. Es tan grande que su peso me agobia y al levantarme no puedo, o mejor, no quiero moverme. Hasta el punto en que en varias ocasiones he quedado paralizada por el miedo que el propio monstruo me produce. El es feliz y sigue alimentándose de mi. De mi propia oscuridad, mi propia rabia, de mis miedos.

Anoche tuve un sueño. Enfrentaba a mi monstruo y le decía que no tenía más ganas de vivir. Que le entregaba todo a él que se apoderara de mi. Y me dejaba caer por un abismo sin fondo, que se hacía más oscuro, más oscuro, mas oscuro… y de pronto caí. El dolor me despertó. Tenía sangre recorriéndome la piel. Estaba muerta de sed, postrada ante aquel gigante que se reía de mi. Fue entonces cuando por fin la vi. Detrás del monstruo estaba una esfera de luz. Minúscula y flotante. Me fijé en ella. Y entre más tiempo la observaba más intensa se hacía. El monstruo calló su risa y se veía sorprendido. Miraba a todos lados. La luz que se hacía intensa e iluminó aquel lugar y me di cuenta que no era ningún abismo. Era el lugar donde se encontraban todos mis sueños, cada una de mis aspiraciones, todos los momentos felices, las miradas de las personas que amo, los abrazos de mis mejores amigos, los besos de mi amado, el primer llanto de mi hija… todo lo bello que tengo y que la oscuridad no me permitía volver a ver. Entonces me levanté… y me curé y fui de nuevo feliz. El monstruo se hizo pequeño, se alejó y se acurrucó en un rincón. Hasta ahora no ha querido volver a salir y mejor que sea así…

A veces el dolor es necesario para permitirnos despertar, despertar hacia esa luz que todos poseemos. No importa que ese monstruo aparezca de vez en cuando. Lo que importa es que no olvidemos esa luz que está en el fondo del alma, y cuando la oscuridad llene todo los sentidos, ten por seguro que esa luz te mostrará que vale la pena luchar. Mira a tu alrededor. No dejes de mirar.

One thought on “Mi monstruo y yo

  1. sonia says:

    como siempre directo al punto… mi moustro esta como grande y feroz pero un dia a la vez y con paciencia.

    🙂
    S

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