Soy creyente de que la relación más importante en el hogar es la que hay entre la pareja antes que la de padres e hijos. Tal vez muchos me crucifiquen por esta teoría… ¿Qué puede ser más importante que los hijos? ¿Cómo puedo poner a mi esposo antes que a ellos? Todo es cuestión de perspectiva.No se trata de hacer un ranking familiar. Acá nadie está jugando partidos para ganar puntos y clasificar. Tampoco estoy diciendo hay que amar más a uno que a otro. A lo que me refiero es que en tiempos de crisis, la relación más vulnerable es precisamente la de pareja y por lo tanto es la que más hay que cuidar. Lo es porque se pone a prueba. Es como un penalti decisivo en el último minuto, o se mete el gol y se gana el partido, o el balón sale disparado por encima del arco y hasta luego. Y en ese caso, el equipo puede correr el riesgo de desintegrarse.
La monotonía, la falta de tiempo, y las presiones individuales pueden hacer que una pareja se distancie más en su propia casa que si vivieran a miles de kilómetros de distancia. Y el que diga que no ha pasado por una crisis de pareja después de haber tenido hijos es un completo mentiroso. Por eso no creo mucho en la fotico de Facebook de la pareja perfecta con cara de ponqué cada domingo en el parque, con su respectivo “feeling blessed” the happiest couple in the block… esa que muchos de nuestros amigos cercanos suben (incluso nosotros mismos) y por unos segundos hace que nos cuestionemos sobre nuestra propia relación de pareja. Pero bueno ese es otro tema.
Pasé por esta situación hace poco. No ha sido fácil recobrar esa cercanía más por mis propias inseguridades que por otra cosa. El no sentirme bien conmigo misma me ha hecho ocultarme en mi propia casa como el chavo del 8 se ocultaba en su barril. Bajo los pantalones de yoga, la camiseta ancha, la cola de caballo y la cara sin una gota de maquillaje, se encuentra una mujer que se olvidó de serlo. ¿Cómo no va a afectar esto a la pareja? Lo bueno es que tiene solución.
Cuando decidí que tenía que salir de este hoyo, sabía que la primera persona que tenía que buscar como apoyo era mi esposo. Es él quien mejor me conoce, quien me motiva cuando lo necesito, y a pesar de nuestras discusiones y diferencias en esta época de crisis, ha estado siempre ahí cuando lo he necesitado así como he estado yo para él. Por eso cuando estamos pasando por un mal momento, los dos tenemos claro que la clave es jugar en equipo. Para que me sigan entendiendo, la clave está en entender que los dos somos los delanteros estrella del equipo, como si el Barcelona tuviera dos Messis. Y a los dos nos toca meter goles por igual y cuando toca nos bajamos a la defensa para que no nos los metan a nosotros. Si se lesiona uno, ahí está el otro para ganar el partido. Si se lesionan los dos, pues no hay de otra que recuperarse a la par y seguir jugando así sea cojos. Esto es lo que he encontrado que nos ha servido, y lo que le aconsejo a cualquier pareja en esta situación.
– Nunca olvidar que cada quien es un individuo con sus propios sueños. Hay que respetar y apoyar dichos sueños juntos.
– La confianza es una pieza fundamental. Sin esto es mejor que suene el pitazo final y cada quién a tomar su camino.
– No hay que agobiar al otro, ni presionarlo, ni arrinconarlo. Hay que dejar que el otro respire.
– Si uno de los Messis es mejor en un área, déjelo que meta goles por ahí mientras el otro puede encargarse de atacar por otro costado. No es necesario que los dos entren al área de gol por el mismo lado.
– En todo partido hay momentos de tensión, lo que coloquialmente llaman los jugadores “calentura del partido”. Aquí hay que tener cuidado, porque se puede discutir “acaloradamente”. Antes de que le saquen tarjeta roja, dese media vuelta, váyase a las duchas y espere. Cuando esté calmado vuelva a entrar a la cancha que en este fútbol hipotético, contrario al fútbol real, los jugadores pueden salir y volver a entrar.
– Cuando ganen un partido no se olviden de celebrar. Dejen a la hinchada en la casa con el entrenador, el asistente, o con quien encuentren y váyanse a disfrutar de sus victorias.
¿Cómo manejan ustedes las crisis de pareja? ¿están de acuerdo o en desacuerdo conmigo? Las escucho Mamás Fénix…
La metafora futbolera te identifica jajajaj 😉
Estoy de acuerdo contigo en ser un equipo. Aunque, aveces yo quiero ser el director técnico, pero bueno, el DT tambien es parte del equipo!:-P asi que creo que se vale jajaaja. En todo caso, asi es la pareja es el soporte, el abrazo calido, el amor apasionado, la critica constructiva, la sonrisa que sale del alma! Amo mi compañero de equipo y no necesito del estadio lleno, ni de que se entere en mundo que somos un equipo goleador;-)