Durmiendo con el extranjero. Consejos para relaciones interraciales, aunque suene medio extraterrestre

 Rusia era mi Tatooine. Existía en una galaxia muy muy lejana.  Jamás había conocido un ruso. De hecho mis únicas referencias de ese país eran Ivan Draco y Ana Karenina, a parte de todo lo que aprendí de historia y literatura en el colegio y la universidad, y lo poco que sabía de pensamiento político. Jamás me imaginé que yo, una Colombiana “de raca mandaca” iba a terminar casada con un ruso más ruso que un borscht. Llevamos ya casi 3 años de feliz matrimonio, y más de 10 de estar juntos. Ustedes se preguntarán, ¿cómo una colombiana y un ruso se entienden? De hecho, ¿cómo llegan a conocerse? Y más a aún ¿cómo un matrimonio así va a criar a sus hijos?

Un reciente estudio indica que 1 de cada 7 matrimonios en los Estados Unidos es interracial o intercultural.  Cada vez son más las personas que se animan a tener una relación con alguien que no es de su mismo origen y cuyos antecedentes y cultura muchas veces difieren enormemente. No les voy a decir que ha sido fácil. Creo que una relación así requiere un poco más de esfuerzo dadas las diferencias. Pero no es imposible.  Y si les confieso algo, es demasiado divertido. Hoy les voy a dar algunos consejos que me han servido en todos estos años y espero que les sirvan si están en una situación similar o si lo están considerando.

1. No le hagan caso a las películas.  Me refiero a que uno se imagina una cosa de una cultura simplemente porque es el estereotipo que se ve en las películas y en general en los medios. ¿qué me iba a imaginar yo que en Rusia no cae nieve todo el año? ¿qué se iba a imaginar él que Colombia exportaba otras cosas más que café y ya saben qué? Do you see what I mean?
2. Aprenda y diviértase con las costumbres del otro. Aquí aplica el dicho “si no puedes con ellos únete” (excepto si es para tomar vodka a la par como lo hace un ruso, o una situación similar, porque no, no puede).  A lo que me refiero es que hay que aprender de su cultura y dejar que el otro también aprenda de la suya.  Celebren festividades típicas de cada país, aprendan a cocinar platos típicos de las dos culturas, compartan con amigos y familiares de los dos, decoren su casa con cosas alusivas a los dos países… son algunas ideas.  Y traten de mantener vivas esas tradiciones durante los años.
3. Busquen terrenos neutrales. Es decir,  hagan cosas que les gusten a los dos pero que no necesariamente sean típicas de una determinada cultura.  Utilicen los gustos que tienen en común y  disfruten tiempo juntos en esos espacios.
4. Cuidado con la torre de babel.  Incluso si comparten el mismo idioma pero no la misma cultura. En mi caso, y más ahora que tenemos una hija, nuestro hogar se convierte esporádicamente en IHOS, the International House of the Surs y aquí se habla de todo.  Mi hija de casi dos años dice cosas en 3 idiomas y estoy convencida que mi perro, un husky siberiano, es absolutamente trilingüe. Aquí toca tener algo de paciencia. La regla básica es buscar un lenguaje neutro, como por ejemplo para nosotros es el inglés. Pero tanto él como yo hemos procurado ir aprendiendo el lenguaje del otro. Así sea solo cosas simples. Y así intentaremos que nuestra hija logre aprender los tres idiomas, algo que será una gran ventaja para ella (esto es tema para otro blog post…) Y si ambos hablan español pero son de países diferentes, aprendan cómo se dicen las cosas en ambos lados porque a veces lo que algo significa en un lugar es diferente en el otro.
5. Cuidado con la suegra. Y la familia en general. Cuando uno dice que uno no se casa con la familia, usted se está engañando a sí mismo. Uno SI se casa con la familia. Este punto también es de paciencia. No todas las culturas aceptan inmediatamente que alguien de la familia se case con un extranjero. Aquí la cuestión es simple. El amor que uno le tiene al otro hace que uno ceda en ciertos espacios si es que hay que ceder. Gánese a su familia política poco a poco. Demuéstreles que usted es una adición divertida a la familia. Aproveche todo lo que pueda aprender de la otra cultura. Eso sí tiene que dejarles entender desde el principio, y con mucho tacto, que usted no podrá actuar exactamente como una persona de su cultura sencillamente porque usted no pertenece a ella. Pero sí puede añadirle a su personalidad cosas que les agraden a ellos y que hagan referencia a la cultura que ellos pertenecen, sin que usted tenga que abandonar sus costumbres y cambiar completamente. Ah eso! Tampoco intente que el otro cambie para que le agrade a sus papás. Si eso es lo que quiere entonces no se meta en esta vaca loca. Y también en cuestión de hijos, y familia es importante que sean usted y su pareja los que estén de acuerdo en cuáles son las reglas y tradiciones que se van a establecer en su hogar. Que no se meta ni el Papa! (o Putin). (again este es tema para otro post)
6. Conozcan el mundo! Una gran oportunidad que ofrece estar en una relación así es la posibilidad de viajar a otros países y de buscar puntos de encuentro con el resto de la familia en otros lados del mundo.  Más que oportunidad es una buena excusa.
7. Diviértanse. Y esto va para todo tipo de relación. Esa es la clave del éxito, disfrutar el uno del otro y ser feliz.

¿Está usted en esta situación? ¿qué otras sugerencias tiene? O comparta alguna anécdota de lo que le ha sucedido. Creo que si juntara todas las cosas que a mi me han pasado, podría hacer otro libro con esto. ¿qué opinan del tema?