Español, Momentos de Inspiración

Dedicado a todos quienes han perdido un ser querido

Comenzando desde hoy y hasta mañana muchos países conmemoran el Día de los Muertos o Día de los Fieles Difuntos.  Es una manera de recordar a aquellos seres queridos que han partido y hacer algo significativo en su memoria. Es cierto que nuestras tradiciones pueden irse perdiendo con el paso de los años, entonces es nuestro deber intentar conservarlas. Anoche fue Halloween, y pedimos dulces, salimos a las calles, nos disfrazamos y la pasamos bien. Pero se nos ha olvidado explicar que es lo que realmente significa. Ya a estas alturas, usted habrá leído una y mil veces que Halloween significa All Hallows Eve, traducción, Víspera del Día de las Almas. Entonces es una tradición que tiene mucho sentido.

Este año muchos amigos cercanos perdieron a alguien.  El vivir sus experiencias algo cerca me inspiró para escribir este poema. Sobre todo pensé en mis primos quienes este año se despidieron de su padre. Mi tío, una persona muy especial en mi familia. Este poema también va para él.

 

No solo hoy, todos los días

Hoy no hace falta recordarte ni llevarte flores.  No tengo que decirte hoy que te quiero más que nunca, que te extraño y que estoy cada día mejor a pesar de tu partida. No tengo que ir a la iglesia buscando explicaciones, ni buscar respuestas en mi corazón que no ha parado de latir y al mismo tiempo de llorar en tu memoria. Mi razón no me dice que deba ser hoy un día diferente y que el resto del año siga con mi rutina como si nada hubiese sucedido.

Si pudiera llenaría ese espacio no solo de tus rosas favoritas, sino de todos los recuerdos, besos y abrazos que nos dimos.  No solo hoy, todos los días.  Cada mañana al despertar y cada noche antes de dormir lanzo al cielo una oración por ti, acompañado de un te amo, porque permaneces en mi, en mi mente. No solo hoy, todos los días. No necesito recordarte porque te llevo conmigo. En cada paso, cada decisión que tomo, cada silencio y cada algarabía. No solo hoy, todos los días.

He tenido que aprender a vivir sin tu presencia.  Me ha costado trabajo no llamarte para oír tu voz, o comparte un regalo el día de tu cumpleaños.  Pero sé que llegará el día de tenerte de nuevo y por eso miro al frente con esperanza y no con desasosiego.

Porque hay en el cielo una estrella que brilla para mí más que las demás.  Y su luz resplandece eternamente, guiándome, mostrándome los caminos, los peligros, las palabras.  Eres tu ese ángel que me sigue, me protege con su luz infinita y a pesar que no te vean mis ojos, mis otros sentidos sienten tu presencia. No solo hoy, todos los días.

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