Ayer les di tips a aquellos que por mala suerte les toca irse en el avión al lado de un niño o niños a quienes súbitamente les da una pataleta. El turno es hoy para los pobres papás y mamás. Aquellos mártires en pleno vuelo, cuyos preparativos con días de antelación les sirven de nada a la hora de enfrentarse a esta engorrosa situación. Pero aunque no podemos predecir con exactitud cómo y dónde le da una rabieta a nuestros hijos, es cierto que sí podemos preveer que un avión brinda un escenario perfecto para una rabieta.
Como les dije ayer, yo he estado allí. Claro que ya había viajado antes y muy orgullosa del comportamiento de mi hija en previos vuelos. Hice todo lo que los libros y amigos recomiendan, y lo que ya había hecho anteriormente (con gran éxito): empacar lo necesario, llevar algunos juguetes, subir las últimas aplicaciones para niños al iPad, intentar que el vuelo coordinara con su hora de la siesta, llegar temprano al aeropuerto para que me dieran una buena silla, tener a la mano snacks y bebidas etc… pues les digo que todo esto me sirvió de nada. Una vez comenzó la pataleta estilo El Exorcista no hubo marcha atrás y estoy segura que no existía nada que me hubiese preparado para ello. El llanto de mi hija y sus alaridos subían gradualmente con mi angustia, mientras los pasajeros abordaban el avión y me observaban como si fuera yo una bruja en la santa inquisición. La alcé, le canté, la arrullé, la subí, la bajé, le hice monerías, le saqué como pude los juguetes, prendí el iPad con una mano mientras con la otra la tenía para que no saliera corriendo, y sí lo reconozco y por favor no me manden el servicio social pero la pellizqué… y todo porque sí. Puedo decir que estaba cansada, que podía tener algo de angustia, que tal vez estaba aburrida, puedo decir muchas cosas pero la verdad será un misterio. Porque lo malo del asunto es que cuando los niños no pueden expresar el por qué de su frustración y no podemos adivinar lo que ellos en realidad quieren, en medio de probar cual de sus insatisfechas necesidades es la que lo tiene furioso se desarrolla la pataleta, que en la mayoría de los casos no tiene explicación alguna. Simplemente hace parte del desarrollo de los niños, hablo de aquellos hasta los cuatro años de edad. Ya si su hijo es más grandecito y usted tiene este problema creo que este artículo no es para usted. Remítase a un especialista o a un cura (just kidding).
Pues bien. Dicho todo esto he aquí unos consejos para que cuando esté en la situación pueda pasar el trago lo menos amargo posible (ojo, estos no son tips para evitar que esto pase):
1. Prepárese para lo peor. Esto me lo dijo una amiga y es muy cierto. Así si su niño no hace nada y por el contrario se porta muy bien en el viaje, será todo un alivio y un triunfo!
2. Respire y controle su respiración. Cuando su niño comienza la pataleta y ésta va escalando gradualmente, usted va a sentir que se exalta pero esto de nada le va a servir. Lo mejor es que trate de conservar la calma y lo ideal para eso es la respiración. Si usted es mamá acuérdese de esos ejercicios de respiración para el parto. Aquí le pueden servir. O si lo que le sirve es rezar, hágalo. Lo importante es que usted tenga un método que le ayude a obtener tranquilidad.
3. Ignore a los desconsiderados inquisidores. Esas personas no tienen ni la más remota idea de lo que usted está viviendo. Déjelos, que el universo se encargue de ellos. Yo sé porqué se lo digo.
4. Haga lo mejor que pueda. Cada mamá tiene su instinto. Pruebe con lo que tiene a la mano, así nada le funcione. Inténtelo. Utilice todas esas cosas en la lista que usted preparó para el avión “en caso de”.
5. No se sienta culpable. Usted no es una mala mamá o un mal papá por esto. Son situaciones que le pueden pasar a cualquiera. Y muchas veces no hay nada que usted pueda hacer.
6. No recurra a la violencia. Obviamente, los inquisidores están ahí esperando el momento en que usted no pueda más y le pegue a su hijo. Porque para los inquisidores esta es la única y mejor solución. Pero no lo haga. Esto puede empeorar las cosas.
7. Esta es de mucho cuidado. CUIDADO con los remedios que algunos recomiendan para que su hijo se duerma en el avión. Sé de un caso en que a la niña se le dio uno de estos remedios y tuvo el efecto contrario. Hable con su médico sobre esto.
8. Lleve su cabeza en alto. Viajar con niños no es fácil. Así que cuando el avión aterrice, usted salga por ese pasillo como una madre o un padre que va a recibir una medalla al mérito. Se la merece así sea solo de manera simbólica.
Papás, mamás, quisiera leer sus experiencias. ¿qué otra cosa se les ocurre?
Muy, pero muy cierto. Otra cosa que es muy importante es dejar la vanidad de un lado en estos casos, olvidarse del pelo arreglado y linos accesorios pues estos solo se convertiran en “weapons” a la hora de la pataleta y sera casi imposible controlarse despues de que tu hij@ se te cuelge del pelo como Tarzan, o despues de encontrarle tu arete en la mano sin explicasion alguna de como no perdiste la oreja…….asi que es importante viajar comodo y listo para el combate. Los hijos son el tesoro mas valioso pero a la vez son un BIG CHALLENGE. Como ultimo consejo, basado en experiencia personal, no piense por ningun motivo que caminar por el avion va a ser una gran idea pues al final NADA va a lograr el regreso a la silla sin una patalet peor y las miradas acusadoras (como de terrorista) de las asafatas……. Mejor utilize a los “juguetes” que ya vienen incluidos con la experiencia de volar, como las revistas, las badejas de las sillas, e incluso los mismo pasajeros, siempre hay alguno que simpatiza con los pobres padres y le juega al niño desde su silla.