Escritura, Español, Sólo Mamás

Ser mamá, soñar y no morir en el intento

Para muchas mujeres manejar la maternidad y sus sueños individuales se convierte en una frustración. Reconozco haber estado ahí, en el punto de decir, soy madre, siempre lo quise ser, adoro mi vida pero… falta algo. Pues bien, ese algo que faltaba era el ímpetu de luchar por mis sueños y así marcar el camino para conseguirlos. Yo les digo, esto no es imposible.

Cuando estaba en mis veintitantos, era editora en jefe de una revista, tenía ímpetu y unos sueños que debo reconocer poco claros, la idea que yo tenía en la cabeza era muy simple. Seguir con mi súper carrera de periodismo en ascenso,  y cuando llegara el momento, todo era cuestión de parar unos meses y volver de nuevo al ruedo profesional para convertirme en la ejecutiva del año (porque gracias a Dios existen las niñeras).  Hoy en mis treinta y tres, ya no soy editora y escasamente hago freelance, porque la cosa está dura afuera y no hay mucho trabajo en esto, como para vivir de ello. Pero estoy felizmente casada, tengo una hermosa bebé de dos años, y lo digo con orgullo y no con pena, soy una STAY-AT-HOME-MOM que hoy lucha por -y no lo duden, logrará- sacar su primera novela de fantasía ficción a la luz. Con los años me di cuenta que a veces la misma vida se encarga de ponernos en circunstancias decisivas en las que, o uno elige tener la vida que quiso o se dedica a imitar la que tienen los demás, abandonando esa llama en el corazón que es la búsqueda de sus sueños.

Sin embargo, llegar a este punto de lucidez me costó muchas lágrimas y una crisis de identidad que yo creo -y la que lo niegue está mintiendo- todas las mamás llegamos a tener en algún momento. Esas que dicen que todo lo tienen claro y que todo lo tienen bajo control, son a mi juicio las que menos claro lo tienen. Sí. Todas nos hemos sentido frustradas, o pensamos que algo estamos haciendo mal, o tenemos miles de dudas. Algunas tenemos crisis con el mismo rol de madre, otras en su rol de esposas o de madres solteras, otras con su rol profesional, o algunas con todo mezclado. Lo importante es saber que esto está bien, que es normal, que no hay que sentirse mal por esto. Estas crisis a mi me ayudaron a reencontrarme, a indagar cuales eran en realidad mis sueños. Siempre quise ser escritora y lo había dejado en el olvido, porque claro, ¿cómo iba a ser yo la diferente, si todas mis amigas trabajan y son exitosas? Y ese es el punto. Fui feliz cuando acepté que para una mamá el éxito, las prioridades, y sus sueños son diferentes que para otra. Mi éxito no radica más en ser la ejecutiva del año. Mi éxito es ser feliz con quien soy y en que soy una mujer valiente y aunque no tengo mucho dinero en el bolsillo o un cheque fijo cada mes, lucho por mis sueños como ser individual, y esto me hace ser una mejor madre, esposa, amiga, hija, hermana y demás. Pues bien. No siendo más las dejo amigas mamás con estos simples consejos por si les entra la crisis. ¡Y que no “panda el cúnico”!

  1. No se compare. Todas las mamás y todos los hijos son diferentes.
  2. Aparte un tiempo para usted. Así solo sean 15 minutos diarios en donde usted sea solo usted, no mamá, esposa, novia, jefe, subordinada, o lo que sea. NO LABELS solo usted y haga lo que se le de la gana.
  3.  No se aísle. A veces uno no está buscando consejos pero siempre es bueno hablar con otras personas, o simplemente salir de la rutina. Acuda a sus amigas. Tenga su propio círculo de apoyo, esto le ahorrará en terapias, se lo aseguro. Y hagan planes de mujeres de vez en cuando.
  4.  No se olvide de su vida amorosa. Así esté casada o no, tener una pareja implica algo de esfuerzo. Ponga de su parte y no de todo por sentado porque el amor, como la amistad, es una de esas cosas que se cultivan.
  5. Quiérase tal como es. Con sus defectos, con sus virtudes, ¡y acepte sus sueños y luche por ellos! Por descabellados que parezcan.

Mamás, ¿alguna otra idea?

 

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