La renuncia

Renunció el Papa, ya se fue y pronto llegará otro.  Tal vez algún día sabremos las verdaderas razones por las que lo hizo, tal vez no. Eso a la larga no importa.  Lo que quedan son lecciones y de esas que la humanidad tiene que aprovechar para poder dirigirse a un mejor destino. ¿qué significa la renuncia? Es lo que me pregunto, no la renuncia de un Papa, sino la renuncia en el literal sentido de la palabra.

Muchos pueden pensar que renunciar a algo significa darse por vencido. Hasta hace poco yo también pensaba igual.  Pero varias cosas me hicieron cambiar de opinión y la manera de ver la renuncia. Porque muchas veces es el símbolo de valentía más grande que un ser humano puede tener cuando está en busca de su felicidad.  Y además si lo pensamos, todos los días nos enfrentamos a ella. Renunciamos a caminos que no nos dan confianza, renunciamos a personas que nos afectan de manera negativa, renunciamos a ciertos estilos de vida para perseguir otros, renunciamos al conformismo para luchar por nuestros sueños, renunciamos a muchas cosas sin siquiera darnos cuenta. O muchas veces somos infelices porque no somos capaces de renunciar. Entonces, ¿por qué nos escandalizamos con la simple renuncia de un hombre que como cualquier otro, tendrá razones de peso para alejarse de una posición con la que por alguna razón ya no se siente conforme?

Si dejáramos de pensar en los demás y en sus decisiones y por el contrario nos concentráramos en nuestras propias renuncias diarias, tal vez muchos dejaríamos de quejarnos por lo que nos trae o nos deja de traer la vida. Porque lo cierto es que ella está hecha de las decisiones personales, de nuestras propias renuncias que en últimas son las que hacen que nuestra vida vaya tomando forma. La renuncia nos lleva a la entrega hacia otra cosa, una que nos hace tal vez más felices. Nos lleva a una conciencia tranquila y llevar un camino mucho más acorde con lo que siempre hemos soñado. Sin miedos.

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