Anoche, después de la última batalla con mi hija para que se fuera a dormir, me senté a investigar. Encontré otro libro de teorías y tácticas para hacer que los niños duerman sin problemas. Afortunadamente, gracias a la tecnología, hoy en día esto está al alcance de un click. Comencé a leer y me pareció estar experimentando un Déjà vu. Cada vez que mi hija entra en una nueva etapa o que va a experimentar algo nuevo, llámese pasar de la lactancia a la fórmula, comer sólidos, dormir en su cuna, entrar al colegio, vacaciones, dejar el chupo, dejar los pañales y ahora, pasar de la cuna a la cama, siempre he tenido esta misma experiencia. Me anticipo para el cambio o la situación que viene y después de haberme leído cuanto libro sobre el tema y haber consultado con un círculo de expertas (es decir mis amigas mamás), doy el paso. Entro en pánico pues los primeros días pueden resultar difíciles en algunos casos. En otras ocasiones, como por ejemplo me pasó con lo del chupo, es como si nada. Cuando las cosas no se dan rápido y la transición no es lo que esperaba, el pánico aumenta. Porque después de haber domado el león, gracias al cambio éste se rebela y toca volver a empezar. Entonces vuelvo a los libros, a las búsquedas en Internet, y a mi círculo de expertas. Y aunque eventualmente la etapa se supera, no puedo entender por qué no puedo enfrentar cada cambio con una mayor calma. Tal vez es mi personalidad, tal vez muchas mamás somos así… no lo sé. Por lo que veo en mis búsquedas online, no soy la única con la sensación de que me estoy enloqueciendo cuando la rutina de mi vida se ve interrumpida con otro cambio.
Sea como sea anoche mientras leía solo se me venía a la cabeza una imagen: Indiana Jones. Jamás pensé en llegarme a comparar con este personaje. Pero después de pensarlo un rato, eso somos las mamás. Aventureras y arriesgadas, cada etapa de nuestros hijos puede parecer una película de acción, en donde lo único que nos hace falta de Indiana son el sombrero, el látigo y la música característica de sus películas de fondo. Siempre estamos en busca de algo. Después de haberlo encontrado, de haber derrotado enemigos, haber hecho piruetas y maromas para alcanzar con éxito nuestro objetivo sea cual sea, una vez con el triunfo en nuestras manos en vez de sentarnos a disfrutar de él encontramos otro problema, por ende emprendemos la búsqueda de otra cosa, otra aventura y otro enigma por resolver. Y vuelve a comenzar la película.
Sé que es cuestión de tiempo para que mi hija se adapte a esta nueva situación. Sé que no me pasaré la vida entera peleando con ella para que se duerma. En algún momento esto se resolverá. Así que me pongo el sombrero, agarro el látigo y me voy como “Indiana Mama en Busca del Libro Perdido”. Ya pasé por “Indiana Mama y el Chupo Maldito”, “Indiana Mama y la Última Cruzada en Pañales”, “Indiana Mama y el Reino de los Terribles Dos”. Y tranquila porque películas y aventuras por resolver es lo que hacen falta… las dejo con la cancioncita para que asuman sus próximos retos con aventura!