Recuerdo haber visto el capítulo en el que Carrie Bradshaw cumplía 35 años. Se centraba en cómo Carrie tenía uno de esos días en que todo sale mal. Incluso su cena de cumpleaños resultó un completo fracaso pues nadie llegó y ella tuvo que quedarse sola hasta que sus amigas la rescataron y terminaron hablando sobre la realidad de las almas gemelas en un café. Obvio, el capítulo cierra con Carrie y Mr. Big tomando champaña en una limo. En ese entonces yo tenía veintitantos y veía los 35 como una edad sumamente lejana… claro teniendo como referente series como Sex and the City, mujeres como yo formamos una visión de los treintas glamorosa, con la idea (que hoy considero algo errónea y distorsionada) de que es una edad en donde los éxitos profesionales y afectivos deben establecerse a como de lugar, pues en los veintes no se tiene la madurez suficiente y en los cuarentas es demasiado tarde.
Ahora que lo pienso, si la serie hubiese querido reflejar la realidad de la mayoría de mujeres a los 35, claro está sin querer llegar a tener los ratings que tuvo, Carrie hubiese sido un personaje menos caótico eso sí rutinario, en donde en vez de escribir sobre sus relaciones amorosas y su deseo de encontrar el hombre ideal, hubiese centrado su discurso en cómo siendo madre y viviendo en los suburbios, podría balancear su vida laboral y su vida familiar sin volverse loca.
Hoy llego orgullosa a los 35. No ando en Blahniks, no tengo cómo comprarlos ni razones para usarlos. No bebo cosmopolitans, prefiero una buena botella de vino. Tengo a mi lado a “Mr. Right for Me” y soy feliz compartiendo mi vida con él. Trabajo en casa, escribo sobre los retos de ser mamá de dos hijos que adoro más que cualquier cosa en el mundo. Tengo una familia dispersa por el mundo pero la cual es el pilar de mi existencia. Mi más leal compañero es un Husky Siberiano que me ama incondicionalmente. No veo a mis amigas todos los días pero cuando nos vemos podemos hablar por horas de la vida, de los hijos, de los triunfos y fracasos, de los sueños y los miedos. Mi vida es una rutina para el resto del mundo, pero para mi es una aventura diferente cada día y está llena de alegría, más de la que podría haber imaginado.
La edad es solo un número. Cada quien lo toma como quiere, pero por lo menos yo ya no le veo sentido a establecer mis metas y objetivos dependiendo de mi edad. Nadie pone las reglas más que uno mismo. Lo importante es cómo nos sentimos por dentro, cómo nos dejamos llenar por la sabiduría de la vida, y cómo disfrutamos de ella sin basarnos en lo que la sociedad espera de nosotros por tener cierta edad o no. Claro, tengo mi kit antiarrugas, ya los gorditos no bajan tan fácil, una noche de rumba requiere de una semana de recuperación, y los cuarenta empiezan a sonar en mi cabeza como un reloj en cuenta regresiva (de solo pensar que en cinco años la canción “señora de las cuatro décadas” va a tener sentido para mi me da algo de terror, lo confieso).
Estoy feliz y agradecida con Dios por lo que tengo y lo que no. Sé lo quiero, para dónde voy, puedo elegir sin miedos. Si cometo alguna estupidez pongo la cara y tengo el valor de reconocerlo y la sabiduría de enmendarlo, tengo cicatrices que llevo con orgullo como recuerdo de lo que han sido 35 años de experiencias. Para todo lo demás existe Mastercard y una cirugía plástica. Solo espero que Dios me permita seguir viviendo por un largo tiempo, porque tengo mucho por hacer, mucho más por escribir, mucho más por disfrutar. ¡Feliz cumpleaños a mi!
Feliz Cumpleaños a mi bloguera y escritora favorita!
Me rei mucho acordandome también de ese capítulo de Sex and the city Lol. Y es totalmente cierto lo que dices, la edad que se tenga no es punto de referencia para lograr metas u objetivos, llegan dependiendo de cuando se propuieron ser alcanzados. Y como dicen por ahi (creo que un grupo de viejas jajajaj) los treinta son los nuevos veintes asi que estamos apenas saliendo de la adolescencia jajajaa. Feliz Cumpleaños Chic ;-):-* .