Ya no soy esa de cada ocho días en fiesta, de maquillaje preparado y noches de diversión. Ni en el espejo veo la misma silueta, con su vestido de fiesta y sus zapatos de tacón.
Atrás quedaron sueños de motocicleta, de ese viaje de mochila, o de ir hasta Japón. En un rincón están esas revistas, con lo último en la moda, los chismes del calendario y otra tanta información.
Ya no duermo hasta el cansancio, es más ya ni tengo un horario, ya ni miro mi reloj. Me da lo mismo que sea lunes en la mañana, sábado antes de las ocho, o un domingo al despertar.
No soy la alta ejecutiva con la que soñé algún día, ni una multimillonaria de la revista Forbes. Ya no me gasto mi dinero en esos zapatos de cuero, o en aquellos bolsos de marca, ni en ropa que no usaré.
Procuro no pasarme en tragos, me abstengo de fumar cigarros y de hacer alguna estupidez. Ya no me creo que lo se todo, y si de algo estoy segura, es que sé que nada sé.
Lo único cierto es, que ahora te tengo a tí, y desde que llegaste a mí siento que lo tengo todo. Y no me importa ir en jeans y que no pueda dormir por estar cuidándote. Que tenga dos tallas de más y que no pueda salir, total lo que me hace más feliz es ver tus ojos. Y que no tenga para mi ni un centavo, porque de todos los tesoros, el que tiene el mayor oro es tu risa para mí.
Tenerte aquí no es ningún sacrificio, es mucho más un privilegio, una bendición de Dios. Hoy yo no cambiaría nada en mi vida, gracias a ti soy la mujer que soy ahora, y no podría ser mejor.
Estoy completamente de acuerdo. Como le cambia la vida a uno, pero para bien. Ya las salidas a rumbear ni existen, pero cada día es una aventura más emocionante que la otra. Me fascina como escribes.
Demasiado bueno Pao!! As always u r a great writer.
Es verdad
Espectacular amiga! Y estoy totalmente de acuerdo contigo en todo, no hay nada q se compare a la felicidad q te dan los hijos apesar de todos los “sacrificios” q debemos hacer por ellos. Aunque no seamos millonarias si somos muy afortunadas de ser Mamás!