Un mensaje de viernes

Sí. En esta mañana soleada de viernes hay muchas cosas de que hablar.  Pero de tantos temas y sin saber cual elegir, opté por escuchar mi corazón y dejarme inspirar.

A veces eso es lo que nos pasa en la cabeza. Tenemos muchas cosas en que pensar, o tenemos muchos planes y no sabemos por donde empezar. Alguien me dijo hace poco una frase que encontré bastante liberadora. Me dijo que lo único cierto en la vida es que por más que queramos, nada está en nuestro control. Los imprevistos se presentan o no, y no hay manera de saber cuándo o cómo estos ocurren. Entonces, ¿De qué nos sirven las preocupaciones y la ansiedad por cosas que no sabemos si van a pasar o no, o por cosas que ya pasaron y no se pueden cambiar? Sin embargo,  soy gran partidaria de soñar y tener objetivos.  Concentrarnos en un sueño y luchar por él es también parte de la vida y sin sueños pues tampoco sabríamos que hacer.

Entonces la mejor manera de mirar al futuro es para mí concentrándose en el presente, eso sí dejando descansar el pasado. Dejar de pensar en los “hubiera”, o en los “que puede pasar si…”. Mejor pensemos en disfrutar cada día de lo que hacemos, en aprender de esos imprevistos y no llamarlos problemas, en agradecer lo que tenemos alrededor hoy porque tal vez no lo tendremos mañana, en compartir lo mucho o poco que tenemos con los demás así lo único que tengamos que dar sean solo palabras o abrazos (a veces estos son más necesarios), en ayudar a alguien que lo necesita así sea un simple desconocido, en dejar de criticar los sueños de otros o envidiar sus éxitos, en dejar de asumir que los demás actúan para nosotros o por nosotros.  Si se tiene un sueño, la mejor manera de cumplirlo es mirándose a sí mismo porque de eso sí que tenemos control.  Ser feliz es para mi una cuestión de elección. Claro, no se puede esperar que todos los días tengamos la mejor sonrisa cuando hay caos alrededor.  Pero por lo menos yo, he decidido que en tiempos de caos también aprenderé de mi tristeza y eso me llevará a ser feliz. Aceptar el caos es aceptar que no tengo que ser la madre y esposa perfecta o la ejecutiva del año, que mi casa no tiene que estar perfecta y reluciente todos los días, que cada vez que cocine salga todo exquisito, que tenga que tener millones en la cuenta… NO! El caos no es fracaso, ni significa que estoy haciendo las cosas mal. El caos significa que hay un mundo que gira alrededor, que no hay leyes absolutas, y que mi mundo no lo dirigen los demás ni yo dirijo el de ellos. Al final solo tengo que ser yo y la armonía está en mi interior y no afuera. Allá siempre habrá caos de una manera u otra, no lo puedo controlar.

Así que relájense y disfruten de este fin de semana que hay mucho, hay fútbol del nuestro, fútbol del otro, nuevas películas, viejas películas, sitios que visitar, familia y amigos con quien reunirse… hay vida y está hecha para gozarla.  ¡y que viva el caos!