¿No soporta a los niños en un avión? Lea este post. Le conviene.
No sé cuál es el alboroto y la indignación de algunos después de que dos aerolíneas asiáticas decidieron poner al servicio de sus clientes un área sin niños. Yo soy mamá y he estado en los dos lados y creo que es una idea brillante y les voy a explicar por qué (me atengo a las consecuencias e insultos que me pueda ganar con esto).
Antes de tener a mi hija yo era de esas personas que en la sala de espera miraba si había mucho niño, y como muchos de ustedes porque sé que lo hacen, rezaba para que no me tocara irme al lado de la señora con el bebé, o de la familia con dos niños. Y entre más rezaba peor era el castigo divino porque ahí me tocaba a mi. Al lado del llanto y las pataletas. Supongo que también era de las que lanzaba a los mortificados padres miradas de indignación, esas que dicen “qué mala madre es esta señora. Estoy segura que mis hijos jamás van a hacer esto porque yo si los voy a disciplinar”. Pues bien. Tuve a mi hija y a sus escasos 20 meses ya ha viajado hasta literalmente el otro extremo del mundo. Pero no. No fue en un viaje de 14 horas en el que me sucedió lo que tarde o temprano iba a suceder. Fue en un vuelo de cuatro horas y antes de que el avión despegara, cuando mi hija, mi divino angelito, decidió convertirse sin razón alguna en la niña de la película El Exorcista. Yo estaba esperando que en cualquier momento su cabeza diera un giro de 360 grados o que comenzara a gatear en reversa por las paredes del avión. Mortificada y sin saber que hacer, porque lo intenté todo, al final solo pude rezar mientras soportaba las miradas y acusaciones silenciosas de los demás hasta que finalmente y también, sin razón alguna, ella solita se calmó.
Estoy de acuerdo con que las aerolíneas tengan este servicio y así todos contentos, porque a diferencia de un sitio público como un restaurante o una iglesia, uno no se puede salir del avión, no pretenderán que uno salte en paracaídas con el niño. Pero si este servicio no está disponible cuando usted viaje, esto es lo que le recomiendo cuando le toque hacerse al lado de un niño y que le toque padecer su llanto a pataleta.
- Por ningún motivo, léase bien, NINGÚN motivo haga preguntas estúpidas tales como: ¿será que está enfermo? ¿será que tiene hambre, o sueño, calor, frío? ¿por qué no le echa agua? No busque motivos. No los hay.
- Sea compasivo. En vez de preguntar por qué, ofrezca su ayuda. Tal vez usted no pueda hacer mucho, más que ayudar a cargar un bolso o sacar algo de la maleta de mano, o hasta hacerle monerías al niño. Una palabra de aliento y compasión es un tesoro.
- Sea paciente. Tal vez usted no entiende la situación porque no es padre o madre, o porque ha tenido la fortuna de que sus hijos no hagan pataletas o se sientan incómodos en un avión, cosa que dudo mucho. Pero créame que los papás hacen lo mejor posible y están pensando en los demás. Los niños lloran y así será siempre. Piense que el avión aterrizará en algún momento y es una situación temporal.
- Haga del iPod y las películas en el avión su mejor aliado.
- Con mirar mal a los papás del niño no va a sacar nada. Es más. Eso incentiva a los papás a hacer que su hijo no se calle, por simple retaliación. En ese caso mejor ignore. Haga su mejor esfuerzo.
Y para los papás, mañana les voy a dar tips para manejar las pataletas de sus hijos en el avión. Esperen la parte 2.