Con casi 11 años de vivir en los Estados Unidos podría decir que ya me he acostumbrado a las tradiciones y a las maneras diferentes de celebrar las festividades y fechas especiales en este país. Pero no. Una cosa fue antes de ser mamá y otra ahora que mi hija ya va al jardín infantil. He pasado grandes vergüenzas por no saber qué es lo que se hace o se dice en ciertas ocasiones por eso mi lema ahora es madre prevenida y preguntona vale por dos.
Esta semana solo tenía una cosa en mente: que no se me olvidara comprar los huevitos de pascua que tenía que llevar al colegio de mi hija para el tradicional “Egg Hunt”. Lo que quería evitar era que me sucediera lo que me pasó en el Día de San Valentín. Esa tarde mi hija llegó a casa con una bolsa. Adentro había regalitos que todos los compañeritos de clase habían llevado al colegio. No se imaginan la vergüenza que sentí al darme cuenta de que la única que no había ofrecido regalitos era mi hija. Culpa de su madre que solo se conformó con llevar unas galletas para la fiesta de San Valentín, eso sí compradas en el supermercado porque no hubo tiempo para jugar a la repostería. Acudí a mis amigas, otras mamás latinas, para contarles mi experiencia y me sorprendió saber que no fui la única. Salvo algunas que ya habían pasado la vergüenza en años anteriores. Pero es que ¿Quién iba a saber que acá la costumbre es que el los niños reparten regalitos el día de San Valentín? Por eso esta vez con toda la pena del mundo pregunté ¿qué tengo que hacer en la pascua? ¿qué hay que traer?
A las mamás latinas nos agarran ciertas costumbres por sorpresa. O pregúntenle a la mamá (osea yo) que le tocó meter a la fuerza y de manera sobre natural en la pañalera 3 calabazas por no saber que a un “pumpkin patch” uno iba a era a eso, a recoger calabazas, o la que llegó desorientada al “meet up group” de las mamás del barrio y que terminó excluida del grupo por su “falta de iniciativa, entusiasmo y participación” (otra vez yo).
Pero bueno, “a donde fueres haz lo que vieres” dice un viejo y conocido refrán. Entonces antes de que me vuelva a suceder otro bochornoso incidente por ser mamá latina y despistada yo mejor investigo con anticipación y es más de ahora en adelante se los haré saber para que a ustedes no les pase. Pobre de mi hija, ya la veo quejándose de cómo su mama la avergüenza por preguntona. Pero prefiero eso a que se avergüence por una mamá tacaña.
Mamás, ¿les ha pasado algo así? Cuéntenme sus experiencias!
