Los seres humanos siempre estamos buscando inspiración en cualquier parte. A veces se nos hace difícil encontrarla. Lo que no sabemos es que la inspiración siempre está frente a nuestros ojos y si no la vemos es porque no somos capaces de interpretarla con el corazón.
En mi caso, la mayoría de las veces me llega a través de historias de la vida real. Un caso muy reciente fue a través de una amiga que tuvo un par de bebitas hace algunos días. Pero su historia es mucho más compleja. Desde que supo que estaba embarazada tuvo que soportar dificultades y pronósticos de los doctores que le decían que su situación era muy complicada. Incluso le llegaron a decir que en casos como el suyo, la mayoría de parejas decidían terminar con el embarazo. A pesar de que muchos pudieron haberle sugerido lo mismo, ella y su esposo con amor y fe, siguieron adelante. Y a pesar de que no fue un camino fácil, e incluso ella tuvo que internarse en el hospital semanas antes del parto, finalmente las bebitas nacieron y en este momento están bien, progresando en salud y haciendo a sus padres muy felices. Ellos nunca perdieron la fe. Jamás se dieron por vencidos, y siempre hablaron de sus bebitas con la total convicción de que iban a nacer y que todo estaría bien. Y que cualquier complicación si se enfrenta con fe y amor se logra sobre llevar.
Lo que esta pareja me enseñó a través de su historia es que muchas veces podemos encontrar en el camino personas que nos dicen que no. Que nos dicen que lo que queremos es imposible. Que no lo vamos a lograr. Que lo mejor es rendirse. Pero si escuchamos a nuestro corazón, si tenemos fe y si creemos en el amor, las cosas que soñamos y por las que luchamos se pueden lograr. Que a veces no es fácil, y tenemos que soportar dificultades. Pero lo importante es que nuestra mente esté fija en el objetivo y si damos por hecho que ese sueño se va a hacer realidad, así será. Que a pesar de que somos concientes de que nuestros sueños pueden ser difíciles de lograr nada ni nadie nos puede quitar la fuerza de luchar.
Estoy segura de que cada vez que sienta desesperanza, que estoy teniendo muchos obstáculos y que mi sueño se aleja, de ahora en adelante pensaré en esta historia y las enseñanzas que me ha dejado para jamás permitir que las voces de otros callen mis ganas de luchar por lo que quiero. Es mejor dejar que las voces de otros me enseñen y agradecerle a mi corazón el permitirme interpretar sus historias.