No hay nada peor que el despertador del lunes… pero bueno. Hay que tratar de comenzar la semana con total energía, y qué mejor que para esto que un café colombiano bien cargado…
Ahora sí, con la cabeza un poco más clara hoy quiero hablar de algo que me preocupa mucho. Siempre he pensado que las palabras pueden llegar a ser más peligrosas que los hechos, cuando lo que se dice no se piensa o peor aún, va cargado de odio y resentimiento. Y en un momento en que cualquiera puede escribir lo que se le dé la gana y en tan diversos espacios, esto es aún más peligroso. Por eso, cuando se es periodista, o se dice serlo, creo que la persona debe de tener mucho más cuidado que cualquiera.
Claro. Cualquiera puede meter la pata y es de humanos errar. Pero es inadmisible que en estos tiempos, en un mundo tan cargado de violencia y de problemas, existan “periodistas” que utilicen sus palabras y su posición para crear aún más enfrentamientos. Hablo en específico del caso de Sergio Gorzy, periodista uruguayo que se ensañó contra Colombia con palabras ofensivas antes de un partido de fútbol. Entiendo más que nadie como el deporte puede despertar pasiones y emociones fuertes. Pero es ridículo cuando las personas lo llevan a un nivel político, cuando lo mezclan con cosas que nada tienen que ver con el simple gozo del entretenimiento, cuando ignoran los límites de la tolerancia y el respeto, y el objetivo del deporte se les va de las manos y lo convierten en una excusa para insultar a los demás. Lo peor, es que una vez Gorzy lanzó sus palabras, comenzaron ataques por todos los flancos en las redes sociales y muchos caímos en la trampa y nos volcamos a lanzar insultos unos a otros (mea culpa también porque fui una de las que le escribió furiosa al susodicho en twitter). Lo que el personaje no pensó es que sus comentarios también generaron un enfrentamiento de palabras ofensivas entre colombianos y uruguayos, un enfrentamiento ridículo e innecesario. Ahora el tipo pide disculpas y qué… ¿fin de la historia?
Pues creo que aunque sea esto le pueda servir a muchos para analizar lo que escriben, así sea en los 140 caracteres de su cuenta de twitter. Que nos sirva de lección para entender que sí, podemos opinar lo que queramos, tenemos todo el derecho a pensar diferente y a expresarnos. Pero esto siempre y cuando mantengamos presente la tolerancia porque así como no podemos ir por el mundo con armas disparándole a los demás, hay que entender que con las palabras también podemos herir, en muchos casos irremediablemente (sin ir muy lejos ahí están los casos de cyberbullying, algo que me parece escalofriante).
Piénsenlo y aprovechen sus espacios de opinión también para ser positivos, para compartir palabras de apoyo, para reírse de sí mismos. Las palabras también pueden ser el mejor regalo, no lo olviden.
Tienes mucha razón! Expresemos paz, amor, sabiduría, tolerancia… Solo cosas positivas, ya hay suficientes cosas negativas en el mundo.