Anoche como millones de personas me vi la premier del X Factor. Claro, no lo voy a negar quería ver a Britney Spears (ustedes tampoco lo nieguen). Tenía curiosidad de saber no solo como se vería, sino también como le salía eso de ser juez. Lo único que voy a decir de eso es que me sorprendió, pues aunque ya se le notan los años maduros de la treintañes, se le ve muy bien, y para tener dos hijos wow, sigue teniendo un cuerpo muy lindo. También me sorprendió que fue un poco dura y honesta. Puntos por eso. Pero más que Britney, quiero hablar de Demi Lovato y La audición de Jillian Jensen cerrando el show.
Obviamente, como es de esperarse, estos reality shows de talento calculan perfectamente qué historias le dan en el corazón a los espectadores. A algunos shows se les va la mano y terminan es explotando esas historias humanas y realmente es grotesco (Honey Boo Boo anybody?) Pero el caso de anoche con la historia de Jillian Jensen, creo que lo que hizo X Factor fue algo casi como poesía en televisión. Tanto que llevó casi a las lágrimas al duro y despiadado Simon Cowell.
Jensen es una chica de 19 años, fan de Lovato y como ella también víctima de bullying o conocido en español como acoso escolar, incluso ambas comparten el mismo tatuaje de Stay Strong. En una de las más emocionantes audiciones en televisión, o por lo menos para mi, Jensen puso a la audiencia a sus pies y dejó a los espectadores como yo con el corazón partido y llenos de lágrimas. (Para ver su audición haga click aquí, complete Jillian Jensen Audition espero que siga ahí… estaré pendiente)
Me encanta cuando estos reality shows logran un efecto positivo. En verdad, que en la mayoría de los casos es explotación y es increíble como los seres humanos podemos llegar a definir entretenimiento viendo sufrir a los demás. Pero cuando ese sufrimiento se convierte en mensaje, en enseñanza y en ejemplo, la cosa cambia. Viendo esta escena de ayer no dejaba de pensar en los millones de niños en el mundo que deben estar sufriendo esa situación de acoso en sus escuelas. Pienso en mí y me pregunto que hubiera sido si en mis tiempos hubiésemos tenido Facebook y todas esas herramientas que hoy los jóvenes utilizan para intimidar a otros. Es importante que de estas cosas nos eduquemos y eduquemos a los demás y así ayudemos a que estas situaciones dolorosas cambien.
Me imagino a esas niñitas acosadoras de Jensen revolcándose de la cochina envidia… lamentablemente no todos los casos llegan a tener ese final feliz, ese momento en que el pequeño personaje se vuelve el héroe de la historia. Ojalá fuese así, pero no lo es. Depende de todos y de los cambios en la sociedad que influenciemos. ¿opiniones?