Uno quisiera tenerlos en una burbuja para que no les pasara nada… que nunca nunca se enfermen. No. No me refiero a los hijos. Me refiero a los maridos. Y no precisamente porque a uno le de pesar con ellos (bueno a veces) sino por nuestro propio instinto de supervivencia.
Cuando se trata de gripe, el escenario casi siempre es el mismo. Después de una semana pesada, de esas en las que a uno le pasa de todo, preciso a él le da. Y en ese día en que uno quiere acostar a los niños e irse a dormir y ya, él aparece en la puerta con cara de tragedia. Y usted ya sabe lo que viene. Otra noche sin dormir porque ellos con gripe son agonizantes. Siempre dicen que se van a morir, que jamás se habían sentido igual, que no pueden respirar, que prácticamente estas serán sus últimas palabras y que no se pueden mover… ni siquiera para alcanzar el control remoto.
Pero usted tranquila y respire. ¿Se acuerdan de ese cuadrito que a uno le enseñaron en algún punto de la vida, en que nos decían que las amenzas se deben convertir en oportunidades? Pues este es el escenario perfecto. Usted debe quedar como una reina, sin hacer un gran esfuerzo y sin volverse loca. No le de pie a la suegra para que le diga a su esposo, “si ve como esa niña no lo cuida!”, y más bien aproveche, gane puntos y así la próxima vez que usted se enferme, exagere y exija que le den el mismo trato. Además, puede recibir retribución en otras áreas más adelante. Créame. Aquí unos tips recolectados también en mis días de research, es decir hablando con mis amigas.
- Elegir cuidadosamente su Weapon of Choice. Es decir con qué va a combatir esta pelea. NyQuil, miel con limón, gengibre, caldo de pollo, todas las anteriores… en fin lo que se le ocurra o lo que le recomienden. Tenga sus armas a la mano. No espere a que la situación se presente porque usted no tiene tiempo. Así que esté preparada.
- Haga que el personaje se acueste inmediatamente. Póngale una película. Así como cuando usted quiere que los niños se queden callados por hora y media y les pone Finding Nemo, a él alquílele una película de acción. Déjele a la mano lo siguiente: control remoto, celular, el caldo de pollo, jugo, agua y suficientes Kleenex. Ahí usted ya tiene algo de tiempo para lo que se le antoje.
- No pelee ni discuta temas serios en este momento. Es caso perdido. A menos de que sea una situación extrema, espere unos días.
- Con mucho tacto, intente que se vaya a dormir al otro cuarto. Entre más temprano mejor Ojo, que no suene a que lo está echando. Y si no funciona pues sálgase usted. La idea es que puedan dormir y descansar. Déjele saber que cualquier cosa que necesite que la busque. Y póngale al lado el humidificador, si tiene uno de niños mejor. Sí, ese con forma de vaquita, sapito etc. Él va a sentir que usted lo está cuidando como cuando sus gripas se las cuidaba la mamá.
- Acepte la situación. Trate de no ofuscarse porque esto no va a cambiar las cosas. Cuando los hombres se enferman son así y así serán siempre. Culpa de las mamás, la sociedad, lo que quieran, pero para ellos es un momento de vulnerabilidad que aprovechan para buscar afecto.
- Hablando de vulnerabilidad ni se le ocurra recibir visitas ni poner el estatus en Facebook (esta me pasó). Ellos son capaces de mostrar vulnerabilidad dentro de la casa pero no fuera de ella. Pero si lo que quiere es apoyo moral, escríbale a su grupo de amigas y va a ver como entre nosotras existe solidaridad de género.
- Por último. Si él sigue enfermo, mejor llévelo al médico. Pero aquí “entre nos” cada quien conoce a su marido y sabe cuándo es que exagera y cuándo es que la cosa se pone en realidad mal.
Esposas: ¿qué otras sugerencias tienen?
Esposos: También queremos escuchar su opinión, ¿cómo les gusta que los cuiden cuando se enferman?
Yo no sé que es peor, lo que se echan a morir o los que son como mi esposo y tienen alma de mártir. “Yo estoy bien” es su frase preferida, no toman medicinas por hacerse los machos, no quieren comer porque están desganados lo cual les alarga la enfermedad, esperan a estar arrastrándose para ir al médico, en fin, mi nunca bien ponderado esposo lleva 3 días con tos de perro sin dejar dormir y hasta anoche se dignó a tomar Mucinex. Definitivamente hay que armarse de valor cuando están enfermos y recordar el voto aquel, de “en la salud y en la enfermedad”…