Cuando alguien muere de una manera tan trágica e inesperada, son muchas las reacciones que se pueden dar. Más tratándose de una persona famosa, alguien que de alguna manera ha dejado huella en miles de personas. En lo personal no fui fanática de Jenni Rivera, pero hay que reconocer que en su género fue una diva, y no cualquiera llega a vender 15 millones de discos en todo el mundo. Es triste que cosas en la vida pasen así. Pero pasan y a diario. La muerte es algo con lo que desafortunadamente tarde o temprano todos tendremos que lidiar y es una lástima que para la mayoría de nosotros sea un tema tan difícil e incómodo cuando debería ser algo más natural.
La vida de esta artista estuvo rodeada de éxitos y también de grandes escándalos. Ayer vimos como Twitter se inundó de mensajes sobre ella durante todo el día y al momento de confirmarse su muerte, los medios hispanos e incluso anglos se volcaron a rendirle homenajes. Y muy seguramente, así como ha sucedido con artistas como Selena, a “la Diva de la Banda” como era conocida en el medio, se le rendirán tributos por mucho tiempo. No solo por su legado musical, también por lo que ella representó para su público femenino llevando mensajes de entereza y fortaleza a miles de mujeres. Además, esta cantante también fue la representación de lo que es el sueño americano.
Lo que dejan casos como este son lecciones para los que quedamos aquí. No necesitamos ser famosos para vivir dramas y tener conflictos con otros que en la mayoría de los casos pueden llegar a resolverse fácilmente. Tampoco tenemos que quedarnos sentados esperando que nos caiga oro del cielo, o quedar paralizados ante situaciones difíciles y seguir sufriendo por cosas que no valen la pena porque lo único cierto es que la vida es demasiado corta y nunca se sabe. Hay que luchar, trabajar y ser feliz. Hay un dicho mexicano que amo: En la vida cuando te toca ni aunque te quites, y si no te toca ni aunque te pongas.
Así que si hay algo inconcluso en su vida no espere a que sea navidad, no espere a tener una lista de resoluciones para el año nuevo. El tiempo realmente no existe porque el pasado ya quedó atrás, allá no se puede volver y el futuro no se sabe que traiga consigo. Solo queda el ahora y el actuar en el momento cuando podemos vivir y buscar esa felicidad que todos anhelamos.
Solo queda orar por aquellos que han perdido un ser querido y seguir viviendo, por lo menos intentando hacerlo en armonía consigo mismo y con los demás.